Si tu voz interna o conversación que tienes contigo mismo es de queja, crítica y castigo, estás autosaboteando cada oportunidad de crecimiento que la vida te presenta.
Imagina que tienes un pastel delicioso frente a ti y quien lo preparó, estará feliz de brindarte todas las porciones que quieras.
Sin embargo, tú crees que solo hay un pedazo pequeño que te corresponde y cuando te das cuenta, llegó otra persona y frente a ti, tomó una rebanada enorme y de hecho, vino por más.
Tú solo te quedaste mirando, sintiendo que esa persona tenía algo especial para merecer de disfrutar demás, mientras que tú te conformas con la sencilla degustación.
Ahora imagina que ves ese pastel como una fuente inagotable de delicia.
Sabes que puedes disfrutar de una porción siempre que lo desees, y que incluso puedes compartirlo con otros sin preocupaciones.
Esa es la diferencia entre mentalidad de escasez y mentalidad de abundancia.
Mi mentor, socio y amigo, Brian Tracy, me enseñó hace muchos años lo siguiente:
- Practica la Gratitud: Todos los días, dedica un momento a reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido. Haz una lista con por lo menos 10 cosas y cada semana, vas aumentando más ese listado.
- Establece Objetivos: Define tus metas y trabaja de manera constante para alcanzarlas. Escríbelas diariamente.
- El fracaso NO existe: Cada desafío te acerca un paso más a tus metas. Estás aprendiendo.
- Entorno Positivo: Mantente cerca de personas que comparten tu visión y se entusiasman con el crecimiento constante y la evolución.
- Invierte en tu Desarrollo Personal: La educación continua y el tiempo para tener hábitos saludables, no son negociables en personas con Mentalidad de Abundancia.
¿Vas a seguir permitiendo que la mentalidad de escasez limite tus sueños?
- Lee libros, cambia tu playlist y escucha cosas que te motiven o enseñen…
- Si es necesario, pon límites a personas que no te permiten avanzar.
- Toma decisiones hoy, para que esa contaminación mental pare y empieces a llenar tu cabeza de confianza y determinación.
¡Avanza que tú puedes!